1º Paso
"Explorar"
Antes de comenzar a trabajar la tierra, es identificar qué tipo de suelo tiene el huerto. Se deberá analizar la profundidad del mismo, cuanto más profundo mejor porque las raíces podrán extenderse sin limitación. Para cuantificar la profundidad, se cavará con una azada y se verá si existe o no alguna capa dura que impediría el avance de las raíces.
2º Paso
"Análizar"
Si el suelo es arcilloso conviene añadir materia orgánica mezclada con arena de río. Este tipo de tierra retiene mucha agua y si no se tiene cuidado puede ser un problema, ya que tiene tendencia a encharcarse por lo que igual es necesario instalar un sistema de drenaje. En cambio, si el suelo es arenoso ocurre lo contrario, ya que este tipo de tierra es muy seca y no almacena agua, de forma que habría que regar bastante. Para reducir la frecuencia de riego se puede mezclar con tierra arcillosa, turba u otro tipo de materia orgánica, en una proporción de 100 kilos por cada 100 m2.
3º Paso
"Desapelmazar"
Durante los meses de invierno se debe preparar la tierra para que cuando llegue la primavera esté lista para recibir a las plantas. Se tiene que hacer una labor de movimiento de la tierra u oxigenación, en la que al menos se remueva una profundidad de 35-40 cm. Esta acción se puede hacer con el tractor y el chisel o con la mula mecánica durante enero-febrero. Además de la oxigenación, este movimiento sirve en parte como desinfección, ya que los hielos se encargarán de matar cualquier bicho que haya en la tierra.
Cuando llega marzo-abril y hay un buen tempero (llueve) se tiene que volver a trabajar la tierra. En este caso hay que hacer de nuevo una labor de movimiento, pero con una profundidad de 10-15 cm para lo que se usa el rota-vapor o la mula mecánica y después se puede añadir fiemo. El objetivo de esta segunda acción previa a sembrar es que la tierra quede fina e igualada, ya que si no estaría prieta y sería más complicado sembrar.
4º Paso
"Abonar"
Respecto al abono, se dice que se debe de sacar de los corrales, granjas y parideras en luna menguante, ya que aparentemente fermenta antes. Después, si el abono es líquido es recomendable echarlo en luna llena, pero si es sólido en luna creciente porque la planta, al tener luz por el día con el sol y luz con la luna llena por la noche, se dilata al 100% y entonces tiene máxima absorción.
5º Paso
"Plantar"
Una vez ya se ha realizado todo esto, la tierra estará preparada para recibir las semillas o las plantas. Para sembrar se puede utilizar un plantador, se trata de una especie de cono metálico donde introduces la planta que quieres sembrar en la tierra, la punta queda dentro de la tierra y luego tiene una maneta para hacer caer a la planta y así ya queda introducida en la tierra, lo que es mucho más rápido que hacerlo a mano.
Además, hay que tener en cuenta que si se quieren hacer semilleros se deben de preparar antes de que llegue la plantación para que a las plantas les dé tiempo a crecer. ¿Y por qué es interesante cultivar nuestras propias plantas? Resulta que muchas veces en los viveros las plantas que se compran vienen con enfermedades, ya que se cultivan de forma masiva y cercanas a variedades diferentes, además por lo general suelen tener menos producción que las que se cultivan en los propios semilleros. Para hacer esto es necesario comprar los semilleros, se tratan de una especie de cuadrícula grande donde en cada una de ellas siembras 2-3 semillas. Estas semillas vienen de aquel producto del año anterior que mejor características tenía: sabor, color, olor, tamaño…
A la hora de sembrar es importante tener en cuenta el barbecho y la rotación de cultivos. Siempre es recomendable dejar zonas de barbecho para dejar descansar la tierra y recuperar nutrientes. Respecto a la rotación de cultivos tiene su sentido, ya que al cambiar las raíces por las de otra especie se reduce la posibilidad de que la planta desarrolle enfermedades, debido a que si por ejemplo se han plantado tomates las enfermedades del mismo quedarían “latentes” en la tierra.
Esta rotación se puede hacer siguiendo una lógica, ya que no son iguales los nutrientes que dejan todas las plantas en la tierra. Para ello, se debe de tener en cuenta los nutrientes que requiere cada planta y que dejan en la tierra. Por ejemplo: las coles, judías o leguminosas liberan mucho nitrógeno a la tierra, por lo que al año siguiente la rotación puede ser con patatas porque es una hortaliza que tiene gran exigencia nutricional. Otro ejemplo sería la raíz del ciruelo que va muy bien para que al año siguiente crezcan los alberjeros, ya que se consigue que tengan menor crecimiento arbustivo y fructifiquen más.